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jueves, 18 de febrero de 2010

Cómo se desarrolla el aparato reproductor

Hola a todos,

Vamos a comenzar en estos días un nuevo tema, quizá uno de los que más os interesa y menos a fondo habéis visto en cursos anteriores: el de la reproducción humana.


La reproducción es una de las tres funciones básicas de los seres vivos, junto con la nutrición y la relación. Pero si la reproducción humana despierta tanta curiosidad a vuestra edad es porque en humanos la reproducción no es una función únicamente biológica porque también tiene, por llamarlo así, un importante significado sentimental o emocional.

En numerosas especies que también tienen reproducción sexual se puede observar que machos y hembras sólo se relacionan en época reproductiva, y de una a otra las parejas suelen ser distintas. Por otro lado, puede asimismo observarse que en muchas especies la cría es capaz de valerse por sí misma en un periodo de tiempo relativamente corto (algunos meses o quizá pocos años). En los humanos no pasa esto: hombres y mujeres conviven permanentemente, lo normal es que la pareja reproductiva sea fija para toda la vida, y además un bebé humano necesita como media unos 20 años para valerse por sí mismo. Esto hace que la reproducción humana tenga un valor mucho más elevado que el de la procreación pura y dura.

Sobre esta peculiaridad de la reproducción humana y cómo nos afecta en muchos sentidos vamos a hablar en estas sesiones. Pero hoy lo que quiero es ilustraros un hecho que en principio os sonará extraño, y es que los aparatos reproductores masculino y femenino son muy parecidos.

Si lo pensamos, tampoco es nada nuevo: si el resto de aparatos, sistemas y órganos son iguales en hombres y en mujeres, ¿por qué iba a ser el aparato reproductor la excepción? Claro que, si atendemos sólo a su forma externa, diríamos que son muy diferentes. Pero cuando los anatomistas estudian los sistemas y sus órganos, se fijan en la estructura básica, intentando relacionarlos no por su apariencia sino por la función que tienen.

Este hecho se corrobora cuando se estudia la evolución de los aparatos reproductores en fetos de los sexos masculino y femenino:


Sobre estas líneas, a la derecha, puedes ver cómo es un aparato reproductor indiferenciado en los fetos. Aquí aún existen dos conductos de Wolff (precursores de los conductos genitales masculinos) y dos de Müller (precursores de los femeninos); es decir, que en este punto, todos los humanos son anatómicamente hermafroditas. Lo que ocurrirá en el tercer mes de embarazo, cuando se hace reconocible el sexo del feto, es que los conductos del sexo contrario no se desarrollarán y los del propio sí.

Pero también podemos ver cómo los genitales externos proceden de la misma estructura fetal, en las siguientes imágenes:


Para comprobar esto, se han coloreado con colores iguales (amarillo, rojo, azul y violeta) las estructuras que proceden del mismo órgano fetal. Así se puede observar más acertadamente cómo los aparatos reproductores (masculino a la izquierda y femenino a la derecha) son, simplemente, modelos distintos de una misma estructura original.

Las ilustraciones, que como podéis ver son bastante realistas, son de Frank H. Netter, un artista y anatomista que dio tal realidad a sus ilustraciones médicas (se dice que hizo unas 4000) que son utilizadas por alumnos y profesionales de la Medicina y la Biología para su estudio. Estos enlaces dirigen a webs en las que podéis ver más ilustraciones médicas de Netter.

Un saludo,
Ramón.

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